Los bebés recién nacidos poseen diversos reflejos o movimientos involuntarios este reflejo es uno de estos, el reflejo de moro. Suele estar presente hasta los tres o cuatro meses, y después suele desaparecer.
El reflejo de Moro consiste en que el bebé extiende los brazos y abre rápidamente las manos con las palmas hacia arriba y extendiendo los dedos con los pulgares flexionados en el momento en el que siente falta de apoyo, se asusta o se sobresalta.
El bebé se sobresalta, tensa hombros y espalda y abre los ojos como asustado, incluso puede romper a llorar. A medida que el reflejo termina, el bebé retrae los brazos hacia el cuerpo, con los codos flexionados y finalmente el bebé se relaja.
La ausencia del reflejo del Moro en un bebé es anormal y sugiere un daño en el cerebro o en la médula espinal o bien si es en un solo lado existe la posibilidad de una clavícula fracturada o daño del grupo de nervios del plexo braquial.
Por otro lado, la persistencia del reflejo de Moro más allá del cuarto o quinto mes de edad puede igualmente indicar defectos neurológicos severos, por ello se sigue comprobando su existencia en las consultas del pediatra.
En definitiva, el reflejo de Moro es uno de esos movimientos primarios que denotan un desarrollo normal en el recién nacido y que desaparecerá habitualmente en el transcurso de pocos meses. Esto los bebés, lo utilizan para protegerse si alguien viene a hacerles daño, por eso la posición de los brazos. También, al igual que otros reflejos, se dice que proviene de nuestros antepasados
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