Skinner ideó un mecanismo con la intención de conocer el
aprendizaje y las reacciones animales. Se llama la caja de Skinner. Es una
simple caja que aísla absolutamente del mundo exterior que tiene una palanca.
En la caja, Skinner introducía un animal, normalmente palomas o ratones.
Skinner planteó el experimento para que se relacionase el
accionamiento de la palanca con la obtención de comida. Así cada vez que un ratón
presionaba la palanca, se le recompensaba con comida. Los ratones asociaron
rápidamente la palanca con la comida. Con el paso del tiempo, Skinner fue
complicando el experimento, ahora la comida sólo sería suministrada alguna de
las veces que se presionaba la palanca y cuando ya lo había aprendido dejó de
suministrarles comida. Esto hizo que los animales “desaprendieran” lo
aprendido, pero el tiempo que esto les llevó fue igual al tiempo que tardaron
en aprenderlo.
Como último reto, se experimentó qué sucedería si empezaran a
darles alimentos al azar, y observaron que los animales establecían asociaciones
falsas, por ejemplo, en el caso del vídeo de la paloma, esta se da la vuelta y,
casualmente, en ese mismo momento se abre la trampilla para coger comida, la
paloma asocia darse la vuelta con la obtención de comida.
Como conclusión, yo pienso que este experimento es bueno para
saber como se puede hacer aprender al niño sin necesidad de los gritos. De esta
manera, se le enseña al niño a que toda conducta tiene unas consecuencias,
tanto positivas como negativas. Y se observa como el niño aprende debido a
estas consecuencias. Aunque en este caso era una rata o una paloma en este
experimento de Skinner, todos estos son aplicables a los niños.
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